sábado, 16 de octubre de 2010

.- Reencuentros ... -.


Demasiada tranquilidad y tan sólo hace falta un instante o una persona para romperla, para poner tu mundo del revés, para hacerte de nuevo temblar, para hundirte ...

Hacía demasiado tiempo que no nos cruzábamos, cuánto? pues no sabría decirlo a ciencia cierta, quizás uno, dos años ... tal vez muchos más ... tenía la vana esperanza de no tener que volver a cruzármelo; pero qué me podía esperar en una ciudad tan pequeña como ésta, era inevitable ... más tarde o más temprano tendríamos que volver a encontrarnos ...

Pero por qué tener miedo a ese reencuentro? Qué podía temer? pues no sabría explicarlo, simplemente después de tanto daño que causó no quería ni volver volver a verle, no quería tener que volver a encontrarme con él, ni volver a mirarle a la cara, ...

Pero era demasiado tiempo ... era imposible ... cuando le tuve frente a mi se me heló la sangre, nuestras miradas se cruzaron y no pude evitar que un escalofrío recorriera mi cuerpo ... nos miramos sin decirnos nada, las palabras sobraban, simplemente nuestras miradas lo dijeron todo ... seguía habiendo demasiado odio en la mía y en la suya ni rastro de arrepentimiento ...


Tan sólo fue un instante; pero consiguió trastocar mi mundo ... los recuerdos volvieron a mi mente, todo el dolor, la agonía, los días de mentiras, de escondernos las cosas, las peleas, los malos momentos ... todo lo malo que vivimos se agolpaba en mi mente queriendo salir de nuevo ... pero y los buenos momentos? dónde estaban? se habían esfumado? los había olvidado? por un segundo no pude recordar nada bueno de lo que vivimos juntos ... nada ... después de tanto lo único que logró sobrevivir fueron los malos momentos ... entonces la tristeza me invadió de nuevo.

Cada malo recuerdo, cada instante que en su momento fue una tortura de nuevo volvía a martirizame, cada una de sus mentiras, sus engaños, sus numeritos en público donde yo quedaba como la mala, la que no se preocupaba de él, que no de dejaba hacer lo que quería, que no le dejaba vivir su vida, que sólo le controlaba, los chantajes y las humillaciones ... todo , absolutamente todo eso y cómo me vigilaba, cómo era a mí a la que no dejaba vivir, que no quería que mi vida tuviera un lugar lejos de la suya, no quería verme con otra gente sin que él me diera su permiso, no quería que hiciera nuevos amigos por que podría sustituirle, cada pelea por tonterías que me hacía daño volvieron de nuevo como si no hubiera pasado tanto tiempo desde que ocurrieron, cada uno de eses recuerdos se transformaron en una pequeña tortura y todos juntos en aquel momento me parecía la mayor de las condenas ...

Mi mejor amigo cuando le conté lo que me ocurrió me preguntó si me arrepentía de haber hechado de mi vida a esa persona, no tardé nada en responderle, claro que no me arrepentía, era la mejor decisión que podía haber tomado, porque gracias a que lo hice, a que le dijera que lo quería fuera de mi vida volvía a ser yo misma, volvía a vivir mi vida como quería, sin que él intentara jodérmela.

Pero es curioso que después de tanto tiempo, tan sólo un instante y su presencia lograron que todo el dolor que pensaba que se había esfumado volvió para trastocar mi mundo ... me sentí idiota por ello porque no se merecía que me siguiera afectando; pero era normal fue tanto el dolor que sentí que ni el paso del tiempo habían conseguido todavía borrarlo del todo y como había sido en su momento la persona más importante de mi vida con toda seguridad nunca lograría olvidar todo por lo que pasamos.

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