¿Quién es?
Pues quien se encargaba de controlar los cambios meteorológicos. Tales como granizo en pleno agosto, que estropeaba la cosecha, las
tormentas que se desataban, o los fenómenos atmosféricos causantes de desastres se interpretaban como
parte de su obra.
Algunas
leyendas gallegas dicen que él guardaba las nubes de granizo en
cuevas de alta montaña a las que iba cuando quería ocasionar una tempestad.
Es
comúnmente conocido como “el morador de los aires”, ya que disfruta provocando
tormentas mientras cabalga por los cielos, controlando y dirigiendo los rayos a
su voluntad.
Se
le atribuye el papel de inventor de la niebla, la que usa como método de
camuflaje cuando no desea ser visto por los humanos.
Suele ser
olvidadizo, pues se le escapan las nubes que le llevan de un lado a otro con
relativa frecuencia; en tales casos, tiene que pedir asilo en las casas y
cabañas que encuentre.
Se dice que es un
hombre barbudo, muy peludo y fuerte, con el rostro chamuscado por los rayos que
hace caer a la tierra, viste muy andrajoso, con pieles y presenta un aspecto
muy desaliñado. Es despiadado y travieso. Se le suele ver por la tierra cuando
baja a ver el resultado de sus fechorías.
Hay
un cántico (de carácter eminentemente cristiano, pero con posibles orígenes
paganos) que sirve para alejarlos, y se canta al tocar las campanas de las
iglesias. Dice así:
Tanguen
os cregos a campá, Tocan los monjes la campana,
Pra escorrentar ó Nubeiro, Para que huya el Nubeiro,
Ben eles sudan... pra encher, Bien ellos sudan... para llenar,
Pra todo o ano, o granceiro. Para todo el año, el granero.
Pra escorrentar ó Nubeiro, Para que huya el Nubeiro,
Ben eles sudan... pra encher, Bien ellos sudan... para llenar,
Pra todo o ano, o granceiro. Para todo el año, el granero.
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