miércoles, 28 de marzo de 2012

.- Palabras -.


Palabras ... un arma de doble filo ... las usamos para agradar, para herir, para mentir, ... nos escudamos tras ellas cuando con hechos no podemos demostrar las cosas ...

Seguro que pocas veces o ninguna nos hemos parado a pensar en lo que las palabras o una simple palabra puede provocar en la persona a la que se la decimos ... como tampoco somos conscientes de los sentimientos con los que podemos llegar a cargarlas.

Nuestras palabras muchas veces influyen en la decisión de la gente, nuestros consejos pueden llevar a los demás a tomar a veces la decisión correcta; pero en otros casos a cometer errores ... Puedes influir en el estado de ánimo de una persona, puedes trastocar su mundo, ponerlo patas arriba, simplemente con una frases, eligiendo bien las palabras puedes hacer que una risa se transforme en llanto y el llanto en risa; pero no es sólo las palabras que usamos sino como las empleamos, cómo las expresamos, el sentimiento que podamos darle cuando las estamos pronunciando o escribiendo.


Debemos tener cuidado con qué sentimiento ponemos en cada una de nuestras palabras. Durante una discusión cargamos nuestras palabras de odio, rencor, dolor, reproches, decepción  ... que es posiblemente lo que sintamos cuando las estamos diciendo; pero esos sentimientos pueden llevarnos a decir palabras que no sean demasiado ciertas o simplemente son una realidad distorsionada por el enfado, la rabia, el dolor, .... y luego con toda seguridad nos pongamos a pensar en lo que hemos dicho y no todo sea cierto, los sentimientos han dominado cada una de las palabras,  seguro que hemos logrado hacer daño a quien se las hemos dicho, quizás para la otra persona hayan sido como un puñal que se clava una y otra vez, haciendo más y más profunda la herida ....

Luego como suele ocurrir casi siempre, cuando nos hemos calmado, y descubrimos el daño que hemos podido causar con nuestras palabras, trataremos de buscar unas nuevas en las que demostremos que nos arrepentimos, que lo sentimos, que se nos nubló el juicio por la rabia, el dolor, el odio, ... palabras que quizás un día lleguen demasiado tarde y logren que pierdas a alguien ....

Las palabras que usamos, por ejemplo, para decirle a alguien lo que le queremos, lo que nos importa, lo que le necesitamos, van cargadas de cariño, de amor, de dulzura ... son estas palabras que pueden provocar una sonrisa, que pueden volver un día gris en el más maravilloso y cálido. Las que usamos también para apoyar a alguien cuando se encuentra hundido, estas palabras están cargadas de esperanza, de ilusión, de ánimo, cariño, dulzura, .... palabras que te animan a luchar y a no rendirte.

Pero cuidado porque hay palabras que enmascaran una mentira, o que generan una mentira la cual a veces no sabes cómo ha empezado o cómo podrás salir de ella. Esas palabras que resultan ser mentiras las usamos y nos justificamos para usarlas, diciendo que es para no herir al otro; pero cuando la mentira se descubre y te das cuenta que cada una de esas palabras era mentira, no era cierta, el daño es peor que si desde el principio tus palabras estuvieran cargadas de verdad y sinceridad.

Para bien deberíamos escoger cuidadosamente cada una de nuestras palabras, siendo conscientes de lo que podemos provocar en los demás. Porque sí muchas veces decimos que las palabras se las lleva el viento y que queremos que las cosas se demuestren con hechos; pero no somos conscientes de lo que esas palabras pueden hacer, de la huella que pueden dejar en los demás.

1 comentario:

  1. Creo que lo más delicado de las palabras es que, una vez que las dices estan no regresan, así que hay que tener cuidado con lo que decimos.

    Saludos.-

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