“Cuenta conmigo…” dos palabras importantes y que aunque no lo parezca muy necesarias en muchos momentos de la vida.
Cuántas veces he anhelado poder escucharlas de esas personas que dicen que te quieren, que son tus “amigos” y nunca han llegado.
Reconozco que hay de todo porque he tenido amigos a los que nunca se lo he oído y a los que yo sí lo he dicho y amigos y no tan amigos, sobre todo en los últimos 4 o 5 años de los que he escuchado “cuenta conmigo…” un sinfín de veces.
Pero, qué esperamos cuando nos lo dicen? Ayudarnos a levantar después de un duro golpe? A enseñarnos a caminar por esta vida, que parece que no hace otra cosa que ponernos piedras en el camino para que tropecemos una y otra vez? No dejarnos mirar atrás, retroceder al pasado, ni tan siquiera para coger impulso para seguir adelante? Que seque nuestras lágrimas cuando el dolor y la tristeza nos ganen la batalla? Que sane nuestras heridas del pasado y el presente? Que nos abrace fuerte para que nos sintamos protegidos, que nada ni nadie nos puede dañar? Que nos cuide para que no nos hagamos ni nos hagan daño, para que no se aprovechen de nosotros? Que peleen por nosotros cuando nos hayamos rendido? Que luchen a nuestro lado contra cada una de las adversidades que se nos presentan día tras día? …
Quizás podría responder sí a cada una de esas preguntas; pero “cuenta conmigo…” no sólo significa eso, no sólo quiero escucharlo cuando estoy perdida y necesito ayuda, sino que quiero y necesito escucharlo para los buenos momentos, que son también muy importantes y no podemos olvidarnos de ellos.
Contar con alguien para tomar algo, ir al cine, hacer un viaje, salir de fiesta, estudiar, dar un paseo, … y cualquier cosa que se nos pueda ocurrir.
Me he encontrado en las dos situaciones, he dicho “cuenta conmigo…” y en muchos casos la experiencia ha resultado satisfactoria y gratificante; pero siempre, como en todo hay excepciones, algún listill@ que usa esas palabras sólo cuando las necesita y le conviene.
Me han dicho “cuenta conmigo…” y ahí es donde mayores sorpresas me he llevado, donde he podido ver como es realmente mucha gente y quién lo decía de verdad y quien por compromiso, a la hora de la verdad, de necesitar contar con ellos estaban ahí para cumplir su palabra y quienes no.
Es muy fácil escucharlo y que cumplan los demás su palabra que hacerlo uno mismo; pero la satisfacción que se siente no se puede comparar. Hay que procurar que la gente que lo merezca escuche de nuestras bocas “cuenta conmigo…” y hay que tratar de ser quienes merezcamos, a su vez, escucharlo.
“Cuenta conmigo…” dos palabras importantes y que aunque no lo parezca muy necesarias en muchos momentos de la vida.
ResponderEliminarLa verdad de las cosas es que en todo momento necesitamos ayuda, hasta yo que soy un solitario empedernido lo tengo que admitir.
Saludos.
P.D.: es bueno tenerte de vuelta ;)