sábado, 24 de abril de 2010

.- ¿ Imposible o Improbable ? -.


La Real Academia define la palabra imposible como algo que no tiene facultad ni medios para llegar a ser, o suceder. Y define improbable como algo inverosímil, que no se funda en una razón prudente. Puestos a escoger, a mi me gusta más la improbabilidad que la imposibilidad. Como a todo el mundo, supongo. La improbabilidad duele menos, y deja un resquicio a la esperanza, a la épica. Que David ganara a Goliat era improbable, pero sucedió. Un afroamericano habitando la Casa Blanca era improbable, pero sucedió. Que los Barón Rojo volvieran a tocar juntos era improbable, pero también sucedió. Nadal desbancando del número uno a Federer. Una periodista convertida en princesa. El 12-1 contra Malta. El amor, las relaciones, los sentimientos, no se fundan en una razón prudente. Por eso no me gusta hablar de amores imposibles, sino de amores improbables. Porque lo improbable es, por definición, probable. Lo que es casi seguro que no pase, es que puede pasar. Y mientras haya una posibilidad, media posibilidad entre mil millones de que pase, vale la pena intentarlo.”

.- Ojalá .... -.


... hubiera podido detener el tiempo cuando por fin logré tenerte entre mis brazos...

... tus cálidos brazos estuvieran sujetándome para atravesar esta tormenta que envuelve mi vida...

... de nuevo tus caricias pudieran reconfortarme como aquella noche en la que me hallaba sola y perdida...

... tus besos volvieran a ser míos por un instante...

... pudiera tenerte una vez más y poder demostrarte que mi amor es sincero...

... cuando me marche lejos de ti sientas que una pequeña parte de ti se va conmigo...

... me guardes un lugar en tu corazón aunque no sea el mejor para poder quedarme allí por siempre...

... nunca olvides que eres el único dueño de mi corazón y sólo a ti he decidido entregártelo...

.- Recuerdos -.


Con pluma y papel en la mano
mirando a ese cielo estrellado,
sentí el correr de mis lágrimas
que llenas de dolor, lentamente,
por mis mejillas, iban resbalando,
pretendía, escribir una carta de amor,
más sólo escribí dos palabras: TE AMO.

Recordé entonces aquella triste y oscura noche,
aquella en la que desperté llorando,
con una angustia profunda y el corazón destrozado.

Desperté sabiendo que jamás provaría
el dulce sabor de tus labios,
que nunca sentiría, rodeándome
el suave calor de tus brazos,
que no podré perderme en la serenidad de tus ojos,
ni robarle a tu corazón, su secreto más preciado.

Aquella noche descubrí
que tú eras la única razón de mi vida
y la causa de este inmenso sufrir,
de las lágrimas que siguen brotando
desde lo más profundo de mi corazón,
por haberle jurado a un sueño imposible, tú,
un fiel, silencioso y eterno amor.